viernes, 9 de octubre de 2015

MUJERES EN LA HISTORIA: ADA BYRON Y LA CIENCIA POÉTICA

                                

Es durante el movimiento cultural, artístico e incluso político, que será conocido como Romanticismo, cuando nuestra heroína viene al mundo.
El célebre poeta inglés  George Gordon Byron, sexto barón de Byron (1788-1824)  y el desafortunado matrimonio con Anne Isabelle Milbanke  (1792-1860), con la que se casó el 2 de enero de 1815 entre otras razones  y no era la menos importante, para que le ayudara a saldar las muchas deudas que le asfixiaban. Vimos que el matrimonio pronto haría aguas  aunque tuvieron tiempo a tener una niña a la que bautizaron con el nombre de Augusta Ada Byron (1815-1852), que nació el 10 de diciembre de 1815. Unas semanas después el matrimonio se separaba para siempre y Byron no volvería a ver ni a su esposa ni a su hija, encontrando la muerte muy lejos de allí, en la localidad griega de Misolongi, el 19 de abril de 1824.  Ada, que,  entre tanto  creció casi ignorante de la figura de su padre pues Anne, temiendo que su hija hubiera heredado el tempestuoso carácter de los Byron, llegó incluso a ocultar de su vista  el retrato de su padre y orientó a su hija por los caminos de la ciencia y la matemáticas, pensando que así el fuego de la poesía no prendería en su alma. Vimos también como a medida que fue creciendo Ada daba muestras del mismo espíritu apasionado de su padre y de la misma forma sobresalía por su talento para las matemáticas y la ciencia

Ada Byron
Ada Byron
William King

  ADA, “LA ENCANTADORA DE NÚMEROS,

Alumna, protegida y amiga de una de esas pocas mujeres que en el siglo XIX  pudo abrirse camino en el mundo de la ciencia, como Mary Fairfax Greig Somerville (1780-1872), una de las grandes divulgadoras de la ciencia  de ese siglo, la joven Ada  asistía a tertulias científicas en el Londres de 1834, con apenas diecinueve años. Ada conoció a un compañero en la Universidad de Cambridge, William King (1805-1893), un joven  noble que un año antes había heredado de su padre el título de barón de King, también amante de la ciencia aunque con un espíritu más práctico y menos poético que el de Ada. El 8 de julio de 1835 contraían matrimonio y la madre de Ada respiraba aliviada creyendo que su hija por fin sentaría la cabeza y se alejaría de los caminos seguidos  por otros miembros de la familia Byron. Y la verdad es que  aquel matrimonio daba a Ada una estabilidad emocional de la que hasta ahora había carecido. En las navidades de 1835 por fin Anne envió a su hija el retrato de Lord Byron, su padre, que había mantenido oculto hasta entonces.
Unos meses más tarde nacía el primer hijo del matrimonio, Byron King-Noel (1836-1862), el 12 de mayo de 1836. Su nombre, Byron, seguro que no hizo muy feliz a Anne, ya que era evidente que se trataba de un homenaje de Ada a su célebre padre al que Ada no llegó a conocer, aunque compensaría ese disgusto cuando el 22 de septiembre de 1837 nacía su segundo hijo, en esta ocasión una niña a la que ahora pondría en homenaje a su abuela el nombre de Anne Isabella  (1837-1917).  El marido de Ada, William King, estuvo entre los invitados a la coronación de la Reina Victoria por lo que  recibió el título de conde de Lovelace y Ada pasó a ser conocida a partir de entonces como Ada Lovelace. Dos años más tarde, el 2 de julio de 1839 nacía el tercer y último hijo del matrimonio, Ralph Gordon King (1839-1906) y poco después de su nacimiento  Ada cayó enferma.  "tenía problemas digestivos y respiratorios que se vieron agravados por el hecho de tratarla con láudano, morfina y otras formas de opio, que le produjeron cambios de humor y delirios ocasionales" 
 Ada estaba orgullosa del espíritu rebelde de los Byron del que en cierto modo ella se sentía heredera  y así escribe en una carta "De haberme transmitido  algo de ese genio, yo lo usaría para sacar a la luz grandes verdades y principios . Creo que él me ha legado esa tarea. Tengo esa fuerte sensación  y es un placer hacerle caso

 Ada, era una alumna entusiasta  y su principal cualidad era una innata capacidad  para "apreciar la belleza  de las matemáticas. Ada comprendía  que las matemáticas constituían un hermoso lenguaje que describe la armonía  del Universo " Y aquí revive en ella el espíritu poético heredado de su padre y que su madre había tratado en vano de extinguir. En una de sus cartas escribe "Las matemáticas constituyen el único lenguaje a través del cual podemos expresar adecuadamente los grandes hechos del mundo natural, el instrumento mediante el que la débil mente del hombre puede leer,  con más eficacia las obras de su Creador". Palabras poéticas que son también un eco de las que pronunciara el gran astrónomo italiano Galileo Galilei (1564-1642)  cuando afirmaba que "El Universo está escrito en lenguaje matemático, y las letras son triángulos, círculos y otras figuras geométricas, sin las cuales es humanamente imposible entender una sola palabra" Existe una conexión entre la matemática y la poesía, dos lenguajes diferentes para expresar lo inefable, aquello que permanece oculto a nuestros sentidos, Ada veía esta conexión cuando escribía a su madre que los estudios matemáticos la ofrecían "Un inmenso desarrollo de la imaginación, hasta el punto de que no tengo ninguna duda de que si continúo mis estudios seré a su debido tiempo poeta".

El científico e inventor Charles Wheatstone (1802-1875), encargó a Ada que tradujera al inglés un artículo para ser editado en la publicación científica "Scientific Memoirs" , que había sido fundada en 1837. Pero Ada hizo algo más que traducir  la obra ya que incorporó  lo que ella denominó "Notas de la traductora" que finalmente serían más abundantes que el propio texto. Ada pasó el verano de 1843 redactando aquellas notas que agrupó por orden alfabético, analizando en cada una de ellas un concepto sobre la máquina analítica y sus aplicaciones futuras además de las diferencias entre ella y las otras máquinas de calcular que se habían ideado hasta entonces. Así, describe Ada: "Los límites de la aritmética  se vieron superados en el momento en que surgió la idea de aplicar tarjetas. La máquina analítica no tiene nada en común con las meras máquinas de calcular. Ocupa plenamente un lugar propio. Al permitir a un mecanismo combinar  símbolos generales, en sucesiones de variedad y alcance ilimitados, se establece un vínculo de unión entre las operaciones  de la materia y los procesos mentales abstractos" 
Es decir aquella máquina iba mucho más lejos que una simple calculadora que se limita a resolver operaciones aritméticas (sumas, restas, multiplicaciones, divisiones) , era capaz de combinar diferentes tareas  de distinta naturaleza convirtiéndose en UNA MÁQUINA UNIVERSAL, lo que hoy llamaríamos un ordenador. Precisamente en este punto, nos explica que mostraba como la Máquina Analítica "Podía almacenar, manipular, procesar y ejecutar  cualquier cosa que pudiera expresarse  con símbolos: palabras, lógica, música y cualquier otra cosa" incluso podría componer música operando con las notas musicales"

Esta visión de Ada  "Es el concepto esencial de la era digital, cualquier clase de contenido, datos, información en forma de música, texto, imágenes, números, símbolos, puede expresarse  en forma digital y ser manipulada por máquinas" Ada tuvo la visión de una máquina verdaderamente universal capaz de trabajar con todo tipo de contenido, exactamente lo que hoy hacen lo que denominamos ordenadores. En su tercera nota  Ada describió el funcionamiento del método que la máquina empleaba para la resolución de los problemas y la realización de sus funciones, lo que hoy llamamos PROGRAMA, explicando como las operaciones serían codificadas  en las tarjetas perforadas, las mismas que eran empleadas en los telares mecánicos de Jacquard y demostró su funcionamiento  mostrando como era capaz de generar números.  Pero  esa demostración  es la que le valdría después, que muchos la consideren hoy como la primera programadora informática de la historia.


La mujer que supo unir la ciencia a la poesía, moría en Londres el 27 de noviembre de 1852.  Ada tuvo la visión de una máquina universal que podría ser empleada para cualquier cosa que pudiera expresarse con símbolos, números o notas, demostró el funcionamiento de la máquina anticipando los programas informáticos del futuro y llegó a plantearse el concepto de inteligencia artificial. Sólo ella fue capaz de vislumbrar el futuro en el que hoy vivimos, el de la revolución informática y se convirtió así en  el heraldo de un mundo que  nacería un siglo después aunque en su tiempo no supieron apreciar el valor de sus ideas y la máquina  nunca viese la luz.
Iglesia de Santa María Magdalena en Nottinghamshire, donde están enterrados los cuerpos de lord  Byron y su hija Ada Byron.    
Los años que siguieron  no serían felices para Ada, cada vez más dependiente de los opiáceos. Protagonista de algunos escándalos relaciones fuera de su matrimonio y una  afición cada vez mayor por el juego. Es como si los demonios de  su padre y su abuelo se manifestaran ahora con toda su fuerza en Ada, que ya no volvería a escribir ningún otro artículo científico.  Al igual que a su padre, las deudas del juego terminaron por asfixiarla y necesitó la ayuda de su esposo para salir adelante. Sus últimos meses de vida fue torturada por los dolores provocados por un cáncer de útero. A quien nunca olvidó Ada  fue a su padre. Ese padre al que no conoció pero que siempre parecía estar presente en su memoria,  y pidió que a su muerte que su cuerpo fuera enterrado junto al de Lord Byron en la iglesia de Santa María Magdalena  en Nottinghamshire.

                                                                     
Y aquí concluimos este relato de su vida que, una vez más, y como nos sucede siempre que escribimos sobre una de estas grandes figuras femeninas del pasado, nos llegamos a preguntar ¿cuántas Ada Byron se han perdido a lo largo de la historia por el silencio al que la mujer fue condenada por una sociedad que pretendió apartarla de la vida social y recluirla entre los muros del hogar? 

"A los hombres se les enseña a disculparse por sus debilidades, a las mujeres por sus capacidades".
                                           
Sin duda el retrato más famoso de Ada Byron es este que pintó Margaret Carpenter y que está expuesto en  The Whitechapel Gallery de Londres
Queremos  terminar este relato sobre la vida de Ada Byron con este grabado de una Ada de sólo cuatro años de edad, copia de la imagen  que se encontraba en un relicario que perteneció  a Lord Byron, una imagen de su hija a la que nunca volvió a ver después de separarse de ella y de su madre a las pocas semanas de su nacimiento.


Con los versos  dedicados  a aquella hija a la que amaba sin verla, al igual que Ada le amó sin conocerlo.
   "¡Tu rostro  es como el de tu madre, mi hermosa niña! ¡Ada! La única hija de mi casa y de mi corazón.

               La última vez que los vi, tus jóvenes ojos azules sonreían, y luego nos separamos" 

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