martes, 5 de abril de 2016

DIGAMOS QUE HABLAMOS DE MADRID 13 (Continuación)




                     BEBIDAS                            
  
Entre las bebidas no alcohólicas más típicas de Madrid destaca con claridad la costumbre de tomar café (con leche), como puede verse en la cantidad de bares existentes en las diversas calles, y también (aunque en menor medida) la leche merengada.                                                                          

El agua de la ciudad es una de las bebidas más apreciadas, sobre todo en los meses de calor. La procedente del Lozoya ha sido apreciada en todas las épocas, siendo una de las fuentes más conocidas la del Berro y hoy en día el Canal de Isabel II.     Entre las bebidas alcohólicas está la cerveza (que servida en vaso alto se denomina caña). Entre las cervecerías con más solera están La Cervecería Santa BárbaraEl Laurel de Baco y La Dolores.  "El vermú" (por regla general de grifo) y el vino de la región son populares los domingos como aperitivo

Madrid fue conocido a comienzos del siglo XX por un bar de cócteles que abrió Perico Chicote, y que fue lugar de asistencia de los famosos de la época. 







 También en esta época eran habituales unos puestos que servían Limonadas y Horchatas, todo ello bajo la denominación                                                                              Aguaducho.

                                                  VINO:                                           


Madrid posee su propia denominación de origen, Vinos de Madriden tres  zonas (ArgandaNavalcarnero y San Martín de Valdeiglesias) con un total de 22.000 hectáreas de viñedo. La mayoría de la producción se centra en tintos jóvenes y rosados y blancos, alguno de estos excelentes para crianza. Existen, no obstante, tintos de crianza,  y los característicos sobre madre. Con los vinos es popular la elaboración en verano, de jarras de sangría, que se ofrecen en los bares de la Ciudad.. 
LICORES:   
 El licor de anís servido en copa pequeña es considerada la bebida más castiza, siendo los más famosos los Anisados de Chinchón. Es tradicional el aguardiente, sobre el que popularmente se indicaba antes con cada trago que era para «matar el gusanillo». Deben mencionarse los aguardientes secos procedentes de Ojén o de Cazalla y el reciente licor de madroño inventado por un pastelero madrileño en los años 80. A finales del siglo XIX se tomaba agua, azucarillos y aguardiente, bebida que se llevaba en botijos y se bebía lo más fresca posible, tan popular que dio título a una famosa zarzuela.
BEBIDAS NO ALCOHÓLICAS
Entre las bebidas no alcohólicas se encuentran numerosos refrescos naturales, como la tradicional leche merengada (mezcla de leche y huevo con canela) y la horchata de chufa, de tradición puramente valenciana que posiblemente trasladaran los emigrantes a la capital a comienzos del siglo XX.También es popular en los meses de verano el granizado de limón. A finales del siglo XIX se ofrecía en los cafés                  Agua de cebada

agua de cebada, que se elaboraba con cebada en infusión azucarada y especiada con limón y canela. La denominación popular de esta bebida era «agua de cebá», aunque hoy en día esta costumbre ya no existe en Madrid. Igualmente populares eran el agua con azucarillos y el agraz (presente en todos los cafés de la época) Una de las bebidas más populares antaño (desaparecida hoy en día) era la aloja, que dio lugar a una profesión, la de Alojero.                                                                                                                              Hay una gran tradición en torno al café, existiendo desde hace décadas no pocas chocolaterías que ofrecen chocolate caliente en los meses fríos de invierno, ofrecido con porras, churros y antiguamente también con picatostes. Uno de los conceptos ya olvidados en el Madrid actual, pero importante a finales del XIX y comienzos del XX, era el café de recuelo (restos del café vueltos a cocer), que ya mencionara Valle Inclán en su obra Luces de Bohemia. Era un café tomado en las churrerías de los barrios bajos, y que se solía tomar de madrugada.                                      


 


 DENOMINACIÓN «A LA MADRILEÑA»
                                                        
                                                             
La denominación «a la Madrileña» viene a designar la simplicidad en los ingredientes. El origen de este apelativo está en las indicaciones puestas al público en las tabernas, cafés, tascas, etcétera. Estas preparaciones debían de ser en la mayoría de los casos simples. Esta denominación hace que existan diferencias sutiles en platos que se sirven en otras zonas de España. De esta forma se tienen innumerables ejemplos como las sopas de ajo a la madrileña, la ensalada a la madrileña, el guisado de Madrid, las migas a la madrileña, el pavo asado a la madrileña, la tortilla de patatas a la madrileña, el potaje de garbanzos a la madrileña, etcétera.             









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